Los empresarios no aportan, invierten
- Diario Noticioso
- hace 9 horas
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Por: Javier Calcaño
A propósito del reciente y lamentable caso de corrupción que ha salido a la luz pública en el SENASA, donde según consta en el expediente judicial el director de turno habría justificado irregularidades y violaciones a los procesos institucionales con la frase “ese aportó en la campaña”, se hace imprescindible una reflexión profunda sobre la relación entre dinero y política.
Los empresarios, por definición, no regalan ni botan su dinero. Son hombres y mujeres de negocios. Cuando colocan recursos en una campaña política no lo hacen por altruismo, lo hacen como inversión, y como toda inversión, esperan retornos futuros. El problema surge cuando esa expectativa de retorno se traduce en privilegios, contratos, impunidad o capturas institucionales que terminan pagando todos los ciudadanos.
Este modelo de financiamiento político ha sido uno de los principales motores del clientelismo electoral, encareciendo las campañas, deformando la competencia democrática y cerrando las puertas a perfiles valiosos: jóvenes, líderes comunitarios y ciudadanos sin padrinos económicos.
Es momento de promover un pacto político nacional que reduzca el clientelismo a su mínima expresión y haga a los partidos y a los actores políticos menos dependientes del dinero de terceros. Un sistema así no solo permitiría campañas más austeras y accesibles, sino que devolvería la mística, la honradez y el sentido de servicio al ejercicio de la política.
No es casualidad que quienes recurren de manera desproporcionada al factor dinero suelen carecer de ideas, discurso y propuestas viables. Cuando no hay visión, se compra lealtad; cuando no hay proyecto, se sustituye el debate por el gasto.
Reflexionemos con responsabilidad: la política no puede seguir siendo un negocio para unos pocos que luego se convierte en una carga para todo un país.







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